FALAFEL

FALAFEL

El falafel es para mí un recuerdo del verano, de viajar lejos y comer en sitios donde parece que la sanidad no es lo más importante pero el sabor sí que cuenta. Esos bares donde entras, todos te miran a la vez porque eres un guiri, uno de esos turista que se perdió y ya sabes que ahí vas a comer muy bien. El falafel junta todas mis especias favoritas con un suave puré de garbanzos envueltos en una cáscara crujiente llena de semillas de sésamo. 

No es un plato que se pueda preparar en pocos minutos y eso tiene su mérito, porque todo lo que necesita una espera te sabe mucho mejor, como el turrón en las Navidades.

Normalmente lo sirvo con una salsa de yogur, ajo y menta, pero hay muchas más posibilidades: yogur con mayonesa y curry, tomates picados con cilantro, guindilla, una pizca de comino, pimienta y aceite, salsa griega tzatziki con pepino. Hay posibilidades infinitas. 

En esta ocasión usé fajitas en vez de pan pita (no es muy ortodoxo pero creo que quedan igual de bien)